la Incertidumbre es una certeza

Yo no puedo vivir con la incertidumbre de no tenerte o tenerte también. No puedo con la idea de la negación tajante ni con la idea de la posibilidad eterna. No puedo contigo ni sin ti puedo. No puedo tenerte en imaginación ni en persona saberte posibilidad.
No puedo conmigo en soledad de ti, ni contigo puedo en sueños de ti. Solo puedo tener la certidumbre de lo incierto, la certidumbre de que te adoro como a noche estrellada y como cielo rojo en el campo.
Solo puedo tener la certidumbre de ti en sueños y en posibilidad mágica y real, solo puedo tener certidumbre de tu boca y de tus ojos que me gritan a voces que te bese, que te abrace, que me vuelva uno contigo y en ti.
Solo puedo tenerte vaga y difusa porque mis ojos son vagos y miran difuso, solo puedo tenerte verde porque mis ojos miran verde. Solo puedo tener la certeza de que me haces falta y de que soy feliz de escuchar tus reclamos, de escuchar tus abrazos y de escuchar tus miradas.
Certeza, incertidumbres, negaciones e imaginaciones; recuerdos y anhelos, viento en el rostro que al rozar grita y besa. Fuegos de leña alegre que atestigua sudores y amores.
Lugares llenos de horas de gritos y luces, cervezas y vinos mudos que abolen la soledad, fríos de colores y soles que pintan de rojo y de ardores gozosos.
Certezas. Esas son mis certezas, certezas que hablan de futuros producto del presente, futuro proyectado camuflado del pasado.
Certezas de mi amor y de mi fe en tu voz que me acaricia y me arropa, de tu voz que me desgarra y destroza generando miles de partículas que te envuelven en besos y en colores. Te quiero y esa es mi certeza. No, te amo, esa es mi certeza…

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