Cumplir 38.

Estoy a unos días de cumplir 38 años, el 4 de mayo, para ser exacto. Treinta y ocho años. Son muchos, creo… bueno, comparados con quién y con qué. No existe rango de comparación, solo sé que son 38 años y que son míos y que soy yo quien los ha vivido. Escucho hablar a muchas personas y leo comentarios de gente que dice que no se arrepiente de lo que ha vivido, que no se arrepiente de su vida ni de lo que ha hecho o de lo que no ha hecho, entonces, si una evaluación de la vida consiste en aguantarse y dejarse llevar por lo que ha ocurrido, en dónde está el aprendizaje, en dónde está el poder disfrutar, en dónde queda la magia de ser, la magia de hacer, la magia de tener, la magia de vivir y maravillarse, la magia de corregir, la magia de soñar y la magia de amar. ¿En dónde queda entonces, el poder de la vida que corrige, el poder del amor que se duele, que goza y que se reconstruye todos los días?

Yo sí tengo de qué arrepentirme, porque soy humano y porque si pretendo negar que en algo he fallado, sería como si negara parte de mi vida. Reconocer que hay errores y que existe la posibilidad de corregir, no nos exime del dolor ni de que deseáramos no haber vivido eso que nos ha dolido. El proceso posterior, el de la reconstrucción, es un punto aparte.

Me arrepiento de no trabajar en mejorar mi humor
Me arrepiento de no haber tomado decisiones oportunas
Me arrepiento de querer retener batallas perdidas
Me arrepiento de no haber trabajado más en mi
Me arrepiento de tener miedo
Me arrepiento de no tener tiempo para mí
Me arrepiento de haber llorado poco
Me arrepiento de ser tan sentimental
Me arrepiento de ser tan racional
Me arrepiento de arrepentirme
Me arrepiento de enamorarme tanto
Me arrepiento de no conocerme
Me arrepiento de no valorarme
Me arrepiento de haber perdido tiempo
Me arrepiento de no haber aprendido
Me arrepiento de no saber volar
Me arrepiento de volar sin haber enseñado al otro
Me arrepiento de mis egoísmos
Me arrepiento de ser tan desprendido
Me arrepiento de no haber creído

Arrepentirme de eso y de otras cosas, no me hace sentir un ser sin valor ni esencia; por el contrario, me hace sentirme más humano, más vivo, me hace sentir que soy posibilidad, que soy futuro, que soy esperanza. Me reconozco, y soy humilde ante mí, soy humilde ante Dios y soy humilde ante el mundo.

Cumplir treinta y ocho años es tener más vida, es sentirse listo para continuar por un camino de tierra, por un sendero de piedras, por un piso de madera o por un pasillo de mármol. Va la mía. Ahora yo soy el que le pone condiciones a la vida, soy yo quien va a vivir con sus propias condiciones, ya no esperaré a que la vida me manipule ni que me diga lo que yo quiero hacer.

Ahora estoy con Dios y Dios está conmigo, ahora le permití entrar en mi vida para que me acompañe. Ya abandonaré mis miedos, no postergaré los resultados, apostaré solo lo necesario para ganar. Lo merezco, lo merece mi mundo, lo merece mi amor.

Arrancarme de mí

Volver a saber de ti
En este oscuro final
Volver a escucharte
en este sordo abismo
Volver a imaginarte en mi vida
En esta ausencia.

Todo mi llanto se concentra en palabras
Todo mi llanto está lleno de letras
Y de amores y de sabores y de colores
Todo mi llanto te espera para llorarte y bañarte
De lágrimas, para lavarte los amores ocultos, los amores prohibidos

Toda mi voz te espera para gritarte que te quiero
Toda mi voz se concentra en un solo objetivo:
hacerte saber que te quiero;
Igual que mis manos que conspiran con mi voz para escribirte frases
que te digan que eres amor;
igual que mis ojos que sólo enfocan
tu mirada; igual que mi piel que solo espera tocarte de nuevo para rehacerse
Y reintegrarse con el viento de tu entorno.

Te he esperado tanto
Que ya no distingo a la espera de lo que es la realidad.
Te he esperado tanto como una vida o como un par de ellas.
La vida, se vive en grupos de dos. Tú y yo; tú y otro más; yo y alguien más. Pero siempre en pares. La vida se vive contigo, con tu recuerdo florido, con sus raíces y sus hojas, con la tierra que la soporta. Te he esperado tanto que han nacido y muerto incontables sonrisas, incontables ríos, incontables miradas.

Te quiero como siempre que estás conmigo, te quiero como siempre que no estás conmigo, te quiero como siempre que te vas, como siempre que te quedas, como siempre que hablas, como siempre que callas, como siempre que besas y como siempre que esquivas, como siempre que miras y como siempre que evitas, te quiero. Te quiero tanto que mis manos han sangrado de escribir tanto, que mi mente ha volado hacia adentro de sí misma para encontrarte más pura. Te quiero de la misma manera que nos hemos querido cuando nos miramos, cuando nos tenemos, cuando nos extrañamos.

Estás aquí, entre las letras, estás aquí entre mis dedos, estas aquí como mirada, como aire, como luz, como color, como cielo. Estás aquí y me gusta tenerte, estás aquí y me gusta tu recuerdo. Estás aquí porque me permites tenerte aquí. Estás aquí porque eres grande, porque sueñas y porque los sueños son parte de mi vida. Te encontré ahí, en un sueño, me atrapaste ahí en un sueño. No despertemos, ¡por nuestra vida, no despertemos! permanezca eterno este sueño de tenerte, este sueño de adorarte, este sueño de saberte verdadera. Si despertamos, si uno solo despierta, te hará desaparecer, junto con las palabras, junto con la enseñanza, junto con la alegría que da saberse entre sueños.

Eres mía porque yo te agarré. Eres mía porque te entregaste a mi vida, eres mía porque estás en mi mente y en mi cuerpo, y en mi memoria, y en mi boca y en mis ojos y en mis oídos, eres mía porque tú te diste a mí. Ahora, aunque te quieras salir de mi vida, salir de mi mente, salir de mi cuerpo, salir de mi memoria, salir de mi boca, salir de mis ojos y salir de mis oídos, no lo lograrás, porque ya están en mí, porque tú me entregaste toda tu esencia y ahora es mía. Podrás irte, podrás esconderte, podrás negarme, podrás rechazarme, pero tú seguirás en mí hasta que sola te evapores o hasta que yo suelte todo eso que ya es mío. De la misma manera, yo soy tuyo, y con seguridad sé que estoy en ti, que no desapareceré porque no quiero irme, porque todo lo que te di te pertenece. No necesito nada de eso que te regalé, porque al arrancarme un pedazo de mi y depositarlo en tus ojos, estoy renaciendo, estoy creciendo, me estoy regenerando por ti.