Cumplir ochentaytantosmil años

Ah que mi madre siempre tan cumplidora: mi madre me cumple todos mis caprichos, ella siempre cumple, y como hoy, también cumple años.Cumplir proviene Del latín complēre 'llenar', 'completar'. En sentido estricto, entonces mi madre no ha cumplido, pues aún tiene pendiente un pedazo del mundo por devorar. Según el diccionario de la academia de la lengua española, algunas de las definiciones de “cumplir”, son:
1. tr. Llevar a efecto algo. 2. tr. Remediar a alguien y proveerle de lo que le falta.10. intr. desus. Bastar, ser suficiente. 11. prnl. Verificarse, realizarse.Entonces, de acuerdo con esas definiciones, a mi madre, se le debería celebrar por cumplir siempre. Cumple años, muchos, muchos años; cumple deseos como hada madrina; complementa las usencias del corazón a quien se acerca con ella; se verifica en sí misma como un ente divino que sangolotea el entendimiento y provoca sensaciones de plenitud con sus miradas, palabras y encanto.Pues así es esta señora que hoy cumple ochentaytantosmil años y por ello celebro.

Feliz cumpleaños Doña Queta.

Corazón quebrado

Los corazones rotos son corazones. Existen como corazones y aunque estén así, rotos, siguen siendo corazones. Son los mismos corazones que se llenan de alegría en navidad y en un cumpleaños, son los corazones que abrazan a los recién nacidos hijos y que los cuidan y los seguirán cuidando pprque son parte del mismo corazón. Los corazones se abollan, se aplastan, se raspan... Pero siguen siendo corazones con poderes extraordinarios y sublimes, son corazones siempre dispuestos a servir amando y buscando ser amados. Los corazones rotos no sufren, nos hacen sufrir, los corazones rotos juegan con nuestras mentes mientras ellos se hacen pasar por lisiados y olvidados. Los corazones son fuertes, son poderozos corazones que fingen debilidad para que encontremos la fortaleza en la razón y no solo en el corazón. Los corazones rotos son una excusa para recibir miradas y recibir apapachos, son excusa para creerse merecedor, son excusa para sonreir con alguien y para probar a ver quien nos quiere.