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Gozo de una manía consciente, producto de tu atención a mi funcionamiento inconsciente, obsesión de
elegir amarte y simbolizarte a través de pensamientos de euforia. Tengo una
inclinación que suprime a mi depresión maniática, mi locura de sueño libidinal,
manifiesta en mi alma la regresión a mis oralidades y a mis puentes cognitivos
que generaron un pensamiento trastornado por la función psicotrópica de tus
manifestaciones límbicas.
Siempre la exogamia bendita nos permitió el éxtasis
de conocernos, y aborrece la megalomanía creando condicionantes intrínsecos a
la realidad simbólica del ser, que como síntoma sinestésico, se manifiesta en
forma de amor, aunque mi lábil afecto provoque discordancias perceptuales; sin
embargo, la agitación psicomotora de nuestra libido provoca que la ley del
efecto produzca fijaciones que nos crean dependencias de pulsión de soledad y
dependencia.
No tengo duda alguna de mi euforia, de mi obsesión y estado
psicótico por tu presencia afectiva y te amo más que a nadie en el mundo, es
esto entonces la verdadera intervención de psicoterapia, el amor que brinda la
psicóloga, con psicología, en su estado puro del alma, compartiendo su
experiencia psicógena ante los estímulos de afecto y las proyecciones que en
conjunto manifestamos en nuestras totémicas relaciones psicogenéticas y
psicopatías, generando oligofrénicas entregas conscientes delirantes siempre de
padecimientos crónicos provocados a raíz del trauma sublime del ósculo y el
acto primario. La paranoia se extiende entonces a través de la supresión y las
angustias que provocan la ausencia y la polarización del otro mediante el ego
que nos une.
1 comentario:
Vaya manera de hacer una descripción clara y concisa, de manera clínica, del estado de alteración que con más frecuencia hace estragos en los seres vivos y pensantes de la creación. Me encantó!! :D
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