El deseo
El mundo erotiza porque está erotizado, porque nuestro cuerpo es una zona
erógena completa: desde el oído, la vista, el tacto, el gusto, el olfato y
hasta esas antenas invisibles que nos permiten percibir lo que no tiene materia
(como el amor, la tensión, la paz, la esperanza, etcétera).
El sexo por si mismo vende, porque
todos compramos sexo, porque todos consumimos sexo, porque todos vendemos sexo.
Pensemos en la gran cantidad de erotismo que puede tener una boca, un
ombligo, un perfil o una mirada. ¿Cómo tiene que ser la imagen que sea
portadora de ese valor erótico?, ¿cómo tiene que ser la imagen para ser
entendida como objeto representante del deseo? Sin duda, en ningún caso tendrá
que ser algo amenazante y deleznable, no tendrá que ser una imagen mal
iluminada, mal enfocada, mal encuadrada, ni grotesca, ni una imagen que sea tan
común que no pueda quedar inscrita en nuestra memoria.
Las perversiones están presentes todo el tiempo y el deseo forma parte
irrefutable de ello. ¿Qué nos erotiza, qué nos mueve, qué nos excita, qué
provoca nuestros deseos? La respuesta siempre será un misterio que vive en
nosotros mismos de manera inconsciente y en el mejor de los casos, en la
consciencia de la cotidianidad como secreto de la felicidad.
2 comentarios:
Arturo Rios Gascon
el sexo como tal si vende, ejemplos la pornografía y la prostitución pero en el diseño se tiene que ser sutil para no caer en lo grotesco o se puede aplicar algo grotesco en el diseño?
wow, increible, no lo habia pensado de esa forma tan profunda.
Excelente post
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