Y ahí estaba yo, sentado en el auto esperando a que llegaran sus ensortijados cabellos despintados, su sonrisa preocupada y casi adolescente como presumiendo su libertad. Los malditos permisos. malditos y benditos pues eran la oportunidad de culpar a sus padres cuando no quería salir con alguien. "Soy libre y soy feliz, no me falta nada más que seguir siendo feliz" era su filosofía.
En algún momento pensé en que lo único que me hacía falta en la vida era olvidarte, como en aquellos años de universidad; ahora lo reafirmo. Sería interesante observarme en un abismo de ausencia donde tú no existas ni antes ni nunca, y al final mirarme, evaluarme si algo me hizo falta, si realmente fuiste explosión que asesinó a mis frustraciones o si solo fuiste recipiente donde descansé. Metamorfosis: eras amor y te transformaste en frustración. Eras palabras y te transformaste en ti misma.
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