La revista Quo de España reprodujo parte de mi pensar.

 Todo tiene su propia sensualidad, todo erotiza. El mundo está erotizado y, por tanto, lo que en él habita está tocado por esa magia lúdica y sensual. Nuestro cuerpo es también una zona erógena completa que nos permite percibir lo que no tiene materia. Una copa de vino, las formas y transparencias de las alas de una mariposa, la comisura del pecho que apenas asoma por el escote, el vuelo lento de los cabellos que son acomodados por las manos femeninas o el sutil aroma del azahar al caer la tarde en el jardín. Son ínfimos granos de arena en este mar de sensaciones y de sueños donde todo, incluso el golpeteo de las teclas de esta computadora, se convierte en un motivo sensual y mundano que suma felicidad (o erotismo)”.

https://quo.eldiario.es/ser-humano/g73305/erotica-de-los-objetos-sexo

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