El silencio del asesino, es un silencio poderoso. Reseña

 



El silencio del asesino (Knox Goes away, 2023). Michael Keaton y Al Pacino. 

Este blog no suele reseñar películas, sin embargo, esta afortunada obra cinematográfica, merece un lugar digno en mi discurso. 

Según Wikipedia: la película sigue a un asesino a sueldo (Keaton), a quien, después de ser diagnosticado con un tipo de demencia de rápida evolución, se le presenta la oportunidad de redimirse salvando la vida de su hijo adulto de quien está distanciado. 

Esta sinopsis no le hace justicia a lo que yo tuve el placer de experimentar. 

El Silencio del Asesino es una de las mejores películas que he visto en un buen tiempo, pues tiene todo lo maravilloso del cine: actuaciones de maestría fenomenales y sublimes, una trama estupendamente bien armada, una o varias premisas (si reflexionamos acerca de la subjetividad del término, ya que las inferencias se relacionan profundamente con la parte mítica en cuanto a la manera discursiva de referirse a una explicación), además de una estética sobria y perfecta. 

El silencio del asesino ofrece un ramillete maravilloso de florituras que generan emociones y reflexiones profundas acerca de lo etéreo de la vida, de lo útil y lo inútil de las sensaciones del corazón y del orden intenso, numinoso y explosivo de la razón. 

Knox (Keaton) sufre y el espectador con él; piensa, siente y logra el papel de un antihéroe perfecto; se redime y logra la purga en una catarsis continuada y temporal. Y eso es lo más valioso ya que permite reflexionar, rememorar (qué ironía pues Knox pierde la memoria y el contacto con la realidad) y gozar y sufrir con esos recuerdos personales que cada alma tiene atorados en su propia historia, incluidos los amores, la familia, los amigos, los empleos, los éxitos o en general, las enseñanazas. 

Lo que parece ser una simple pelicula del montón, pues lo menos afortunado es el título (tanto en su idioma original como en su traducción para México) es una obra cinematográfica que no permite distracciones pues llena la pupila y los nervios agradeciendo constantemente la presencia de Keaton y de Pacino y la afortunada perfección de actores. 


Spirato

Mi muy querida, pero ahora difusa musa, tú que siempre tienes un lacónico discurso lleno de certezas, aunque tus decisiones no siempre sean las más certeras en su modo de operar, ni emanan de una certidumbre emocional, simplemente te quería escribir algo. Tiene mucho, mucho tiempo que no escribo más que muchos whats con fotitos en movimiento y dibujitos cursilones (stickers le llaman) y uno que otro correo de trabajo frío y sin alma. Y es que temo que la sequía emocional me atrofie de manera permanente la glándula escribidora. De hecho, sí que está bastante oxidada, atolondrada, tullida, llena de sarro de las lágrimas cuando se secan. El asunto aquí es que faltan motivos, creo que el Grinch se ha quedado fresón en sus emociones al lado mío y es que son ellas, las emociones (esas que unas pinches viejas de manera inclemente y con sadismo apretujan, arrancan, incineran y desbaratan) las verdaderas culpables de lubricar esa glándula y de mantenerla al cien para escribir en retruécanos y elipsis metonímicas y sinecdóticas. Me siento forzado a tener que escribir y exprimo el lápiz y la pluma, exprimo el teclado y mis dedos para ver si logro sacar alguna palabrilla que sea capaz de unirse a otra, aunque sea cumpliendo con el tradicional y convencional sujeto + verbo + complemento que mi Miss de cuyo nombre no logro acordarme (… aunque como yo iba en escuela de gobierno, ella no recibía el grado de miss, era simplemente, maestra) me presentó hace más de cuatro décadas. Ayúdenme, Calíope mi soñada guía; Erato mi impía maestra, invádanme y poséanme… mis ventanas, puertas, poros, oídos, papilas… todos mis sensores están ávidos de recibirles, San Jerónimo, intercede por mi.

Interpretar grupos sociales y su papel en la sociedad.

El análisis de la imagen pública

El análisis de la imagen pública, como ejemplo del papel social de las tribus urbanas.


La imagen pública es la percepción, la opinión, y la idea que se tiene de algo, así, una persona puede tener una imagen pública en tanto sea percibida por sus elementos representativos o por los signos que este porta o muestra en muchos de sus aspectos de la vida, ya sea en cuanto a elementos intencionalmente establecidos o los inconscientemente utilizados.


El conocimiento en general, así como la conciencia de sí mismo y el conocimiento del contexto que determina a cada individuo, es entonces el factor más importante en la "formación" de esa imagen que los demás perciben, sin olvidar que esa "formación", no es una simple creación, sino una modelación de sí mismo en aspectos internos del individuo (autoestima, motivación, rol familiar, rol sexual, identificación de capacidades, habilidades, limitaciones, traumas emocionales y en general en el aspecto sistémico -lo sistémico se define como un campo emergente de la ciencia que estudia los sistemas holísticos-) y aspectos externos (como su apariencia física, manera de vestir, peinado, uso de accesorios, ademanes, mirada, gesticulación). Ambos elementos mencionados inciden directamente en la capacidad comunicativa del individuo, ya que con la conciencia del funcionamiento interno será posible la manipulación de lo externo, incluyendo el uso de los signos lingüísticos y de los símbolos sociales que permitirán un grado de aceptación, un grado de rechazo o simplemente de inserción social en contextos diversos.


Por ejemplo, una sonrisa franca puede darse a pesar de que un individuo no tenga un estado anímico estupendo, que su salud no sea la mejor, que esté pasando por una situación económica adversa, o que en general los problemas le abrumen, pero el ser consciente de la situación puede transformarse hacia el optimismo y generar una sonrisa franca. Situación que es muy difícil en los tiempos actuales, pero no imposible.


Partiendo de la semiótica, podemos clasificar los signos que se generan en  las personas, desde las personas y por las personas. La idea de la semiótica es estudiar, conocer y analizar a los signos en su contexto. El conocimiento de los signos es poder ya que los signos están presentes en  todo lo que nos rodea, incluso uno mismo los genera constantemente, por lo que conocer de los signos, es poder, no conocer de ellos, es ser su súbdito.


Abarcar a los signos desde tres aspectos es una tendencia en el análisis de la imagen, ya que existen dos nombres para el conocimiento de los signos: la semiótica y la semiología, donde la primera surge en un aspecto de triada y la segunda en aspecto binario, sin embargo es correcto utilizar indistintamente cualquiera de los términos para referirse al estudio de los signos. 


Nuestro análisis por lo tanto será en la semiótica terciaria, propuesta por Charles Sanders Peirce. La idea del signo, para Peirce está compuesta por tres elementos: Objeto, signo e interpretante.


  • ·         Objeto, objetivo, lo referencial, lo icónico. Es el objeto que necesita ser signado, ya sea cosa material o inmaterial, física, ideal o emocional, pero que motive a la formación de un signo; el objeto suele estar ausente cuando se utiliza un signo, por lo que puede entenderse también como el objetivo, a lo que se refiere. O también puede referirse al origen del signo, de donde parte o de donde surge el signo.

  • ·         Los índices, el signo que se usa para distinguirse de lo demás. El signo es la representación propiamente dicha, es el elemento material que transporta la idea de un objeto. Un signo es algo que representa algo y debe poseer materia, así el signo es la palabra hablada o escrita, el silbido, el claxon de un automóvil, etcétera y es distinto para cada idea, objeto o situación, por ello es que ocupa el vértice de lo indicativo.

  • ·         Lo simbólico, la parte que arma el interpretante. Es la significación que se hace del signo, lo que se entiende de acuerdo con el contexto y que es generado desde la subjetividad y la polisemia. 


Cuando el interpretante coincide con el objeto, es porque el signo utilizado fue el correcto, existe así una comunicación adecuada para los fines del signo.


Esta semiótica terciaria tiene una categoría donde los signos se analizan como iconos , índices y símbolos, basados en los mismos principios de: objeto, signo e interpretante. La explicación es sencilla:


Fig. 1 Basado en la semiótica terciaria de Charles Sanders Peirce

Para realizar un análisis de la imagen pública, puede utilizarse una metodología semiológica:


1.       Analizar los iconos (los elementos icónicos que representan fielmente al objeto)

2.       Analizar los índices

3.       analizar los símbolos


Por ejemplo, analizar semióticamente a alguien o a algún grupo social, es conocer a profundidad:


Iconos (Los conceptos o principios que representan fielmente al objeto). Cómo son sus referentes, cómo es su realidad original, de donde viene, qué elementos significativos le determinan, cómo es la familia (el grupo social que lo fundamenta), cuáles son sus características físicas, su comportamiento, sus creencias y en general todo lo que tenga que ver con los elementos que forjaron al individuo.


Índices. Cómo lo identificamos, cómo se identifica, qué lo hace ser diferente a la vista de los demás, es entonces la manera como asume sus características individuales (que no son independientes o aisladas de sus iconos, pues han sido determinados por estos).


Símbolos. Tiene que ver con su filosofía y los objetos que ocupa para ellos, son los elementos físicos que representan sus creencias o su esencia; la parte de su pensamiento transformada en objetos de manera consciente. Lo que la gente percibe y/o entiende acerca de esos elementos simbólicos que porta el individuo o el grupo social.


Conclusiones. Se puede concluir el análisis con un resumen que abarque lo observado en el grupo social en cuanto a las coincidencias y discrepancias entre lo que pretende ser, el cómo pretende ser visto y el cómo es visto o percibido por los demás. La conclusión muestra una tesis justificada cuyo argumento es objetivo basándose en las evidencias (científicas -producto del análisis semiótico-).