“La perspectiva sociológica”
El estudio de la sociología en diversos ámbitos del conocimiento humano requiere de enfoques precisos
que lleve a un análisis bien enfocado para evitar
que se extravíe o se confunda en campos de acción a los que no pertenece la sociología. Este asunto es identificado en los ámbitos históricos donde mediante una revisión de las perspectivas y las corrientes ontológicas, se intenta aclarar
el panorama. El presente trabajo pretende mostrar ese recorrido
de manera sucinta
mirando a la educación como el principal
eje de los enfoques
de la sociología aplicada. Se revisaron los trabajos de diversos
autores que retoman
a los clásicos identificando que la sociología es una ciencia
joven cuyo surgimiento atravesó por muchas discrepancias tanto metodológicas como por modos de abordar la realidad. Cada periodo, época o escuela
mira a la sociedad
desde una perspectiva particular y parece que se abordan desde criterios propios de la costumbre
y líneas de pensamiento, surgiendo así los diversos
teóricos y sus posturas representativas de quienes, para los fines de este trabajo, se retoman
las ideas principales para generar una perspectiva sociológica fundamentada
que sirva como base de un método de análisis
sociológico.
Los teóricos
representativos son estandartes de las corrientes de pensamiento, pero con trabajos
diversos, aunque enfocados por el mismo eje toral. Las discusiones, las discrepancias, las coincidencias, los
descubrimientos y las propuestas son los elementos que solidifican las posturas filosóficas y unen ideologías, desde las cuales se habilita
el carácter ontológico de los estudiosos, justificando su existencia y sus miradas hacia
los fenómenos de estudio.
Y coincido
plenamente con la idea de la
maleabilidad del individuo desde la colectividad, en este sentido se identifica que “Los hombres tal como los conocemos son formados por la sociedad, son maleables
y su participación social y política es potencial
e intrínsecamente gratificante” (Warner,R.S. citado por Uña, 2006)
Intentar mirar al hombre y su comportamiento en grupo, en cuanto a sus relaciones sociales desde las instituciones que surgen de manera natural en todo organismo
social, no es tarea sencilla
y requiere de procedimientos metodológicos no solamente teóricos, sino que, en la praxis, sean capaces de replicarse y funcionar. Esto lo miro como una imposibilidad pues las implementaciones de esos procesos
surgidos desde los ámbitos de poder han convertido al hombre en su peor amenaza, en procesos que parecen
ser naturales. Surgir la razón desde la experiencia social y mover las experiencias sociales
desde el pensamiento queda en manos de los cotos de poder,
de quienes dictan o establecen los procesos económicos que organizan
a los países, sus culturas y sus relaciones tanto internas como globales.
El considerar las etapas que fueron dando forma y bases al desarrollo de la Sociología, es de fundamental importancia, incluso la posibilidad de mirar como menciona
Uña (2006) a Aristóteles y la sociabilidad, los agrupamientos particulares, el estado
y las normas, donde a título personal, considero que sientan
las bases del método sociológico que impacta en Comte y en Montesquieu.
Estas maneras alternas de mirar al hombre,
fundamentan el estudio
de la sociología, dando pauta a lo que podemos llamar perspectiva sociológica. Intentemos determinar este concepto:
La perspectiva sociológica parte de la idea de que la sociología corresponde a un estudio sistemático, riguroso y científico de la sociedad; es una ciencia porque implica
la existencia de un objeto y de un método, siendo el objeto un cuerpo organizado de conocimiento y el método, aquello que organiza
a ese objeto. Así, poder mirar desde dentro del grupo que actúa o desde fuera,
son dos de los puntos que nos acercan a la idea de Perspectiva sociológica. (Berguer,
citado por Martínez, A. 2015).
¿Entonces qué es la perspectiva sociológica? Se aborda la información de perspectiva sociológica desde el punto de vista de Berger,
quien menciona la idea de mirar características generales de los grupos
sociales en actitudes
particulares, o sea, si observo
cómo se comporta
uno de los grupos de esa sociedad, puedo observar o saber cómo es toda esa
sociedad.
Aquí entran elementos
que tienen que ver con los hechos sociales
y los hechos culturales. Los hechos sociales se refieren a la manera como se comportan o cuál es la función
de los individuos en su sociedad; y el término hecho cultural lo entiendo como la manera en la que se expresa ese grupo quizá en
cuanto al aspecto de la función estética.
¿Cómo sabemos Entonces si lo que se está analizando es un hecho social
o un hecho cultural? Se puede saber analizando o conociendo la manera como han sido otros grupos sociales en otros lugares y en otras épocas.
Ese es un primer punto de vista de una perspectiva sociológica: mirar lo general
a partir del análisis
de lo particular. Aunado a la perspectiva propuesta por Berger, Zorrilla
aporta proponiendo el nombre al objeto
de estudio como “grupos humanos”, considerando al grupo máximo como la sociedad.
Zorrilla quiere saber cómo es el grupo en función de su estructura y cómo se comportan
en grupo. Se pretende
que a partir de ese estudio
o de ese análisis
se puedan predecir los comportamientos. Esa postura
también que va en el mismo sentido
planteado por Berger de mirar los fenómenos generales a partir de los fenómenos particulares.
(Berguer, citado por Martínez,
A. 2015).
Las perspectivas sociológicas nos sirven
entonces para conocer
a un grupo de personas
que se interrelacionan. En el caso del párrafo
anterior, sería el identificar la estructura como está constituido, así como sus tradiciones para poder
conocer al grupo.
Otra de las perspectivas sociológicas es la que menciona
la posibilidad de “dar un paso atrás” o de buscar un ángulo diferente para evitar generar
ideas que no sean válidas
por el riesgo que existe en la
subjetividad del sociólogo.
A las perspectivas sociológicas debemos incluir
el papel de Durkheim, pues su punto de vista tiene que ver con la idea de que la conducta está influenciada por factores
sociales y que las conductas
no son hechos aislados.
W.
Mills citado por Martínez, A. (2005) refiere
a la actitud
como un producto de la comunicación global y quizá también
mira los estudios
sociológicos con un sesgo que no es imparcial.
Entiendo también a las
perspectivas sociológicas, por
ejemplo, y como lo menciona
Artínez, A. (2018)
desde Comte, quien habla de los tres estadios de la sociedad
en el sentido
de lo teológico, lo metafísico y lo científico, en donde da características o menciona
las características de cada uno de esos tres estadios desde donde se está analizando a la sociedad. Por ejemplo, en el estadio
científico la realidad es una realidad
social producto de hechos que son analizables (por ejemplo,
decir que el ser humano es ser humano y se comporta como ser humano) y quizá las condiciones históricas van a determinar su proceder
o sus comportamientos.
Si la sociología implica un modo de mirar al mundo, se está hablando entonces de una determinada perspectiva que es lo que hemos estado mencionando
a lo largo de
este breve texto. Giddens
habla de que la sociología se encarga de estudiar a la vida social humana en grupos y en sociedades de tal manera que la práctica de esta sociología va a incluir
el conocimiento que los sujetos van a tener de sí mismos; por lo tanto, esos hallazgos
sociológicos van a transformar lo que creemos formando así lo que conocemos
como el sentido común.
La perspectiva sociológica en nuestra vida cotidiana se refiere a lo que hace el sociólogo
como el hecho de reflexionar sobre la situación en la que se encuentra
un grupo social. Esa reflexión
es tener una perspectiva sociológica únicamente cuando es abordado desde el método científico y no desde el empirismo.
Los elementos
a favor de tener una perspectiva sociológica son: poder valorar
a la sociedad, no dar por supuestos
los hechos observados, darnos cuenta de que existen
reglas en los grupos
sociales, que podamos
entender cómo funcionan
sus instituciones y finalmente, que se puedan reconocer
las diferencias para que se puedan
afrontar los conflictos. Por lo tanto, los beneficios de una perspectiva sociológica
van
a radicar en la aplicabilidad para mejorar
las
condiciones de ese grupo
social.
Las desventajas que puede presentar una perspectiva sociológica son que ese punto de vista puede ser volátil,
pues las sociedades están en constante
cambio; un aspecto
que tampoco es positivo
es que puede someterse
a la subjetividad del individuo que estudia el fenómeno; un aspecto más es que los estudios sociológicos
cuando son conocidos
por los grupos o por las masas, se pueden convertir en un elemento
de influencia que si no es controlado, puede provocar
un desorden social.
En síntesis
y para cerrar esta idea, entiendo que tener una postura clara acerca de cómo funciona una sociedad,
no es una perspectiva sociológica, pues eso sería el resultado de haber abordado
alguna metodología desde algún punto de vista y esa, la manera desde dónde mirar o dónde basarse
para realizar el análisis, sí sería la llamada perspectiva sociológica.
Todas las corrientes sociológicas mencionadas anteriormente, tienen puntos de convergencia donde se lleva a cabo la aplicación, la acción social, el comportamiento, o la relación
entre la idea de sociedad
y los individuos que la integran.
Todas las corrientes mencionan a la acción como un elemento toral e indispensable para la sociología. De hecho, en esa aparente diversidad de discursos sociológicos, en realidad
no hay grandes discrepancias, por el contrario, hay grandes aportaciones que amalgaman
y solidifican la idea de la sociología.
Dicha relación construye y determina las estructuras en un vaivén interminable, no periódico
y creciente (diversificado) donde las cosmovisiones determinadas por los estratos
que lideran a los sistemas sociales (en todos los ámbitos,
desde políticos, económicos, culturales, hasta los familiares y la estratificación), suelen liberar sin pretenderlo, al ser humano a través
de la posibilidad del conocimiento, de la diversificación y de las condiciones económicas liberales. Las cuestiones del lenguaje que menciona el Interaccionismo simbólico, puede ser ejemplo contemporáneo de las relaciones en las estructuras sociales actuales. (Carabaña,
J. y Lamo, E. 1978)
Pongo ejemplos cuyo contexto se encuentra
en la actualidad del centro de México: La transformación del idioma hacia un lenguaje
“inclusivo” que más es excluyente y tamizador que vinculante o integrador. Lo mismo ocurre con la separación de vagones
del metro o en los autobuses. La problemática de las relaciones sociales (al menos en nuestro país) desde este ámbito,
en el contexto
actual, al parecer
tiene la pretensión de polarizar
a los pequeños
grupos (minorías por condiciones de género,
raza, edad o poder,
entre otras muchas divisiones)
en el ejercicio repentino y no
en un
ámbito educativo estructural.
La apropiación de símbolos
y la polarización de su práctica
ideológica sirven a los fines de dominación que ahora se globalizan. Las grandes
corporaciones y los sistemas
económicos que rigen esta época cultivan o siguen
cultivando la servidumbre en pos de una falsa realidad, ya no teológica, sino en otro orden de pensamiento que tiene que ver con el momento,
con la realidad y con la manera de abordar
esa realidad. (Yocelevsky,
R.
2001)
El pensamiento mágico ha muerto y resucitado en la web. Antes
lo fue en los medios masivos
y antes de ello, en la promesa de una vida después del ejercicio
social integrado en los dogmas.
Al Parecer, y considerando el contexto
planteado en el párrafo anterior, el pensamiento de Marx ha entrado en una paradoja metodológica, cuestionada por Weber.
Weber se perfila
hacia la descripción de una sociedad como la actual, donde el ser humano
asume su propia conducta
desde la cultura
en
la que está inscrito
(aunque la cultura ya empiece
a verse menos local y tenga una marcada
tendencia global). Así que la aplicabilidad actual del planteamiento marxista se vería en ciertos problemas, dada la tremenda diversidad de posturas sociales, de modos de producción y de macrosistemas serviles que albergan
fantasmas libertarios y legaloides como parte de un discurso
emancipador y reaccionario, transformador
pero sumiso y progresista pero inmoral. (Marescalchi,
Las Heras, Martínez, de Yong, Martínez
y Ramallo 2018).
De tal manera que el término marxista denominado “conflicto” tiene tantas aristas que pueden verse difuminadas por la amplitud
de su espectro
(espectro sociológico -o perspectiva sociológica-), o sea, ¿desde dónde abordar
el origen del conflicto?,
desde dónde mirar el
inicio del cambio social? o ¿cómo se ejerce y
desde dónde, la pugna de
la
organización social
para el cambio?
La interacción mutua en las relaciones dialógicas del individuo con su entorno
tanto geográfico como social,
empieza a vislumbrarse como educación. Otro asunto ampliamente abordado
por la sociología y por
sus representantes.
En el estudio de la sociología y sus aportes
a la educación, se identifican cuatro
autores principales que son considerados en las tradiciones teóricas europeas. Estos autores
son Emile Durkheim,
Max Weber, Carl Marx y Georg Simmel. Cabe partir de la idea de que la sociología de la educación es entendida partiendo de la perspectiva desde donde se visualiza
la interacción que tiene la sociedad para generar educación y lo que la educación
contribuye como proceso
para influir en la sociedad. Esta relación
y su estudio
es la llamada
“sociología de la educación. (Rojas-León, A. 2014)
Si la sociología es una ciencia que se encarga
de estudiar las relaciones sociales, así como los efectos provocados en los sujetos
que lo integran, de esta manera es que podemos tener un acercamiento a una definición de sociología, asunto complejo
por las diversas
perspectivas, pero coincidentes en la materia principal de estudio,
que es la comprensión de los fenómenos
sociales, alejándose la mirada de las
posturas religiosas o de pensamiento mágico.
La utilidad
de la sociología como
teoría estará principalmente en la aplicabilidad del conocimiento donde puedan existir propuestas que al interrelacionarse generen coincidencias, o sea, la consistencia y la coherencia que permita mirar a través
del análisis, la comprensión y reflexión
de los fenómenos
sociales desde un método cualitativo y cuantitativo y no precisamente un modelo.
Si la sociología es considerada como un modo de diagnosticar a la sociedad
para ejercer dominio
sobre ella o para aportar
con instrumentos ideológicos de liberación, al final son los actores sociales y políticos
quienes practican
los resultados de la teorización.
Las teorías
en sus campos
educativos trascienden con Durkheim, priorizando el papel social
de la educación, pues él mismo
se dedica a dar cátedra
en la Sorbona
como refieren Rojas y León (2014),
para sustentar la teoría y la práctica
pedagógica desde esta mirada social. Este autor destaca
a la socialización como un elemento determinante en espacios y tiempos definidos, para lograr
individuos competentes a esos contextos.
Durkheim realiza vario trabajos referentes a la educación en los que su visión sociológica, educativa y pedagógica, es consistente, así que la educación como ciencia,
es una derivación de la sociología, y su aplicabilidad y métodos
son eminentemente de carácter
pedagógico, o sea ideológico:
·
Educación y sociología
·
La educación moral
·
La evolución pedagógica en Francia
·
El papel de las Universidades en la educación social del país
·
La escuela del mañana
·
Debate
sobre la Educación Sexual
En
todo este material y muchas otras obras, su perspectiva parece retomar siempre
un mismo sendero asociado con los aspectos
morales en un sentido
de reacción mutua entre la socialización, lo que se aprende
en ese proceso y su reconstrucción. Así, el “funcional estructuralismo” mira también aspectos éticos desde la práctica de las relaciones sociales de dominio de un discurso pedagógico que dará frutos tremendos en las actividades de las nuevas
sociedades consumistas. (Rojas-León 2014)
Un autor contemporáneo a Durkheim fue Max Weber, quien desde una corriente distinta mira a la sociología como una interrelación que se asume de afuera
hacia adentro. La postura de Weber es llamada
la sociología comprensiva, de interacción social, individualismo metodológico o accionismo, centrando su mirada en ese relacionismo: observar lo que ocurre en la sociedad y con sus individuos para explicar los efectos de esas relaciones. Mirar de afuera
hacia adentro, es mirar las acciones
sociales (interaccionismo) para comprender la
acción individual.
Para weber, esa relación
o interacción entre los sujetos y las consecuencias de las acciones
individuales son consideradas como reciprocidad. Así, se alcanza a apreciar que la postura de Weber en cuanto a la educación, a pesar de no haber
estudiado a fondo las relaciones
entre la educación
y la sociología, su mirada se encuentra
asociada con la división
de clases y estamentos. Podemos apreciar
esta perspectiva en los diversos
trabajos de universidades y sus estructuras que realiza.
Otro autor que influye
de manera determinante en la concepción de la educación
como un elemento social, consecuencia y origen del dominio,
la marginación y la burguesía, es Carl Marx, quien a pesar de no haber escrito de manera específica sobre educación y sociedad,
deja ver una postura
muy sólida acerca
de lo determinante que es esta interacción desde las cúpulas hacia las bases de los sistemas
económicos dominantes y que buscan perpetuarse a través de las condiciones de producción mediante la dominación y la perpetuación de las estructuras piramidales
del poder burocrático. (Yocelevsky,
R. 2001)
En ideas generales, se identifica
que Rojas-León (2014) considera a Georg Simmel quien
mira a la sociología como una oportunidad de reflexión ecléctica que considera a las ciencias
sociales y a la filosofía. Los individuos son conscientes de ser socializados, dando origen a la aparición
de colectivos pues la manera en que se relacionan los individuos, esas ligaduras determinan las relaciones asociativas que entiendo
como estructuras internas. Así, se mira la importancia de las instituciones sociales pues mediante ellas es que se genera cohesión y el valor de la ligadura
mediante la conciencia que pueda haber en ese
proceso.
En
materia de educación, Simmel identifica a la existencia de adquisición de saberes
como un proceso para la vida y no sólo para la sociedad, por ello no visualiza
al estudiante como un agente pasivo, sino como un agente activo que aspira a alcanzar
el conocimiento. Al parecer Simmel, según Vernik, tiene un discurso pedagógico que se ejecuta mediante la descripción de modelos
de enseñanza y aprendizaje. (Rojas-León,
A. 2014)
Estas miradas de la educación
desde perspectivas sociológicas ayudan a fortalecer el trabajo
de teorización pedagógica. Aunque al parecer
las teorías comunicativas no son integradas al ámbito
educativo ni a la sociología, si no que el proceso es inverso:
La comunicación retoma aspectos
sociológicos aparte, pero en el ámbito de la colectividad y en las teorías sociológicas abordadas en este trabajo, no hay una aplicabilidad que valore el estudio de la comunicación que sea dirigida a la relación entre
sociología y educación.
La sociología y la educación
son términos asociados que, si bien no son sinónimos, no pueden existir
por separado. En un discurso social
siempre estará inmerso
el ámbito educativo,
de la
misma manera que un discurso
educativo no es posible sin
los procesos de
socialización. Todos los autores mencionados
en este trabajo relacionan su conocimiento en los mismos factores que son nombrados de distintas
maneras pero que tienen concordancias semánticas y epistemológicas coincidentes: interacción, ligaduras, dominio,
sujeción, entre otros términos. Las relaciones son indispensables para poder hablar de sociedad, lo mismo que de educación, cultura, política y otros leviatanes ideológicos que, sin duda, utilizan
su hegemonía ancestral como forma de dominio.
El discurso
y la ideología
como materia de estudio en la educación y en las relaciones sociales, pueden ser los elementos que me permitan
clarificar mi postura acerca de una perspectiva sociológica personal, ya en los ámbitos
educativos (de manera
específica) o en los culturales (en un sentido
más amplio sin llegar aún
a la enormidad que implica la sociedad). A lo que quiero
referirme es al discurso
visto como el tipo de cosas que suelen decirse en contextos
determinados por la praxis y la manera de decirlo
con determinados recursos
significativos, o sea,
lo
que se dice y cómo se dice.
Con lo anterior, pretendo basar mi argumento
desde donde puedo mirar a la sociología de la educación, ya que así me permite
relacionarlo con Max Weber, en quien encuentro mayores reflexiones y posturas
sólidas que en los demás autores. La generalización del discurso sociológico desde Weber, la veo como una
oportunidad de abarcar metodologías de análisis de los hechos sociales con amplitud.
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