Fue grandioso el poder haber cumplido un sueño maravilloso,
un sueño que nunca había tenido consciente: hacer pasar mi brazo por debajo de
tu cuello. Hacerlo fue experimentar libertad; la experiencia de un amor libre de egoísmos
y lleno de razones me dejó tener la más
maravillosa sorpresa, ya que tu cuerpo no pesaba y embonamos perfecto; no se
cansó mi brazo y te pude mirar a los ojos y cuidarte toda la noche. Eso me
enloqueció, tensó mi rostro, mis ánimos, mis mejillas e hizo feliz a mi abrazo. Sin embargo con el tiempo, mi brazo se cansaba cada vez más.
Cada día que pasaba yo por tu cuello ya no embonaba con mi abrazo y tu rostro ya no tenía mi sonrisa (como cuando hasta un día nublado, gris, de espeso calor y pésimos resultados se sienten magníficos y hermosos), esa sensación que se tiene y que uno mismo le da a las cosas cuando está enamorado.
Te fuiste despintando y escurriendo poco a poco por la coladera de mi ducha; así te fuiste evaporando hasta perderte en el cielo que antes era de colores daltónicos que también tú veías y que ahora solo siguen siendo míos.
Cada día que pasaba yo por tu cuello ya no embonaba con mi abrazo y tu rostro ya no tenía mi sonrisa (como cuando hasta un día nublado, gris, de espeso calor y pésimos resultados se sienten magníficos y hermosos), esa sensación que se tiene y que uno mismo le da a las cosas cuando está enamorado.
Te fuiste despintando y escurriendo poco a poco por la coladera de mi ducha; así te fuiste evaporando hasta perderte en el cielo que antes era de colores daltónicos que también tú veías y que ahora solo siguen siendo míos.
Sin embargo hoy me di cuenta que la sensación de mi brazo
sin estorbo, la sensación de mi brazo libre me sigue recordando a ti.
1 comentario:
La libertad toma un papel muy importante dentro de una relación amorosa viéndola como una experiencia de amor. "El agua apaga el fuego y al amor los años, el amor es un juego en el que un par de ciegos juegan a hacerse daño" JESSICA MUÑOZ RODRIGUEZ ETAC
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