El futuro es milenario es una obra íntima, propia de los gustos, de los placeres, del hedonismo exclusivo de sus creadores. Si bien una obra de arte no necesita ser del gusto de todo el mundo, una canción, por encargo (precisamente que sea capaz de interesar e invadir en el pensamiento y las emociones) debe considerar el contexto cultural en el que está inmerso, lo cual no quiere decir que deban hacerse piezas gruperas, salsas, huapangos, rancheras o de rock, pero sí debe considerarse a los signos-símbolos colectivos que logren sumarse en la ideología del pueblo para quien fue creada dicha obra.
Admiro la obra del señor López (no Obrador, por supuesto) y del señor Alex Syntek, pero no esta obra performancera que sin duda no cumple con el aparente objetivo de discurso político-estético para el cual fue creado. Sin embargo el ruido que se ha creado a partir de los comentarios en la cuenta de twitter de Alex Syntek y en los medios es una gran oportunidad de debatir e ir reafirmando esa evolución cultural de la que los mexicanos no somos conscientes que ya estamos inmersos.
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